Ahora que se ha desatado la explosión Modric, jugando, haciendo jugar y mostrando lo que es: un croata virtuoso, excelente en todas las fases del juego, ha saltado la yihad mourinhista, facción violenta, fascista y amante ferviente del estás conmigo o contra mí, diciendo aquello de “claro, porque lo fichó Mou”.
Bien, aparte de decir que no es verdad, que la realidad es que lo fichó Florentino y el egócentrico entrenador dijo sí a pesar de que no le gustaba entrenar en España (según sus últimas declaraciones), hemos de comentar que quien lo trajo es lo de menos. Aquel dejó esto como lo dejó y ahora un entrenador de verdad, educado y correcto, acorde con el club en el que trabaja, está enderezando al Madrid de la mano de un formidable jugador oscurecido por un técnico que prefería a un trillador de balones como es Khedira, voluntarioso y esforzado, pero escasamente virtuoso a un fuera de serie como Modric.
Porque ya es hora de decir que se puede jugar muy bien al fútbol con dos medio centros violinistas, con buenos jugadores. De hecho, Modric roba muchos más balones que Khedira, quizás corra menos (que habría que verlo) pero corre mejor, con más inteligencia. Y con el balón en los pies evidentemente no admite comparación. Esos que propagan que al lado de un excelente jugador como Xabi Alonso hay que poner un rompedor porque así hay equilibrio están pinchando en hueso.
El equilibrio lo dan los buenos jugadores, esos que cogen el balón y no lo sueltan. Si tú tienes el balón y el otro no, el de enfrente está perdido. Así de sencillo, así de fácil. Modric tiene el balón, tiene el arma letal y con ella ha desarmado a los engaña bobos, a los resultadistas y a los falsos profetas. Ya está bien de farsas.
