Después del partido de ida de Cuartos ante el Espanyol ,Arbeloa se paró ante los medios y dejó una reflexión con la que estoy absolutamente de acuerdo. El lateral dejó claro que la mejoría del equipo y todo lo bueno que esté por llegar de aquí al final de la temporada pasa por ser un equipo casi inexpugnable atrás. Con la pegada que tiene el Madrid y la cantidad de ocasiones que se saca de la chistera apenas sin esfuerzo, la clave para lograr todos los títulos posibles está en defender bien y conceder pocas ocasiones de gol.
En el inicio de temporada al equipo de Ancelotti le marcaba casi cualquiera. Y el que no lo hacía era más por falta de calidad de los delanteros que por la manera de defender del equipo blanco. Pero en Europa los grandes equipos tienen killers que te matan con media ocasión de gol y el técnico italiano se desesperaba partido tras partido viendo la fragilidad defensiva de su equipo. La baja de Varane, que tiene pinta de que va a contar poco de aquí a final de temporada, no facilitó tampoco las cosas porque el francés partía como titular en el esquema inicial de Carletto. Fundamentalmente porque tanto Pepe como Ramos iniciaron la campaña muy lejos de su mejor nivel,aunque por diferentes motivos.
Al portugués, que ya está en la treintena, le pasa como a casi todos los futbolistas que empiezan a tener una edad: les cuesta alcanzar el punto físico necesario para competir después del parón de las vacaciones. Pepe basa un alto porcentaje de su fútbol en estar impecable físicamente y esta temporada le costó alcanzar el nivel, pero ahora ha alcanzado la velocidad de crucero y está en un momento espectacular. Después de ser utilizado asquerosamente por el anterior entrenador, que le envió a la guerra para luego despreciarlo de una manera infame, ha encontrado su sitio en el campo y en la caseta; tiene el respaldo total de compañeros e institución y está rindiendo al más alto nivel desde que llegó al club.
El caso de Ramos era más una cuestión mental que física. El de Camas es un tío de carácter, al que afectan los temas de piel más que un momento de forma determinada. El central echó en falta mayor protección del club cuando las cosas se pusieron feas la pasada temporada. Sergio, que ha jugado infiltrado y con molestias un millón de veces, vio cosas que no le gustaron un pelo y no sabe disimular. Empezó incómodo el año, sin sensación de felicidad plena y su rendimiento se resintió. Rumores de contratos, cambios de posición, algún desencuentro con el presidente...demasiados motivos como para sentirse cómodo en su casa. Pero la tormenta pasó, los problemas están aclarados y el andaluz vuelve a ser el jefe de la defensa.
Al nivel que están jugando en las últimas semanas Pepe-Ramos son la mejor pareja de centrales del mundo de largo y con ellos a tope las posibilidades de luchar por todos los títulos cuando llegue la primavera se multiplican. Y Ancelotti lo sabe y respira tranquilo.
