La plantilla del Barça vuelve esta tarde al trabajo tras la debacle de Anoeta. Hoy se vuelven a ver las caras los protagonistas del peor partido de la temporada -superando al de Amsterdam- con la intención de hablar y analizar los motivos del ko. Aunque lo cierto es que no hay que ser Sherlock Holmes para llegar a una serie de conclusiones bastante claras: el Tata Martino falló en la lectura del partido y como consecuencia en el once que alineó. Además no supo reaccionar al descanso; los jugadores, por su parte, no estuvieron a la altura en cuanto a rigor táctico, intensidad y concentración.
El entrenador del Barça no se puede permitir tamaño error en un encuentro decisivo para la liga y tampoco perder los papeles como lo hizo (ya durante el primer tiempo). En la visita al Amsterdam Arena de la liguilla de Champions se vio la peor versión del conjunto azulgrana pero tenían la excusa de que era un partido intranscendente para ellos y en cambio muy importante para los holandeses. Tras la victoria en Manchester en la que el técnico argentino salió reforzado por el resultado -no por las sensaciones- y tras los recientes triunfos a base del control del centro del campo con los pequeños parecía haber dado con la fórmula: recuperar la personalidad del Barça de hacer correr al rival moviendo el balón lo más rápido posible. Lo había hecho tan solo dos semanas antes en ese mismo escenario. Nadie entiende todavía -tampoco el vestuario- qué le paso por la cabeza para considerar que era un partido para correr, como explicó en la sala de prensa de Anoeta. Como tampoco es comprensible que hiciera tantos cambios, cuatro, cuando pocos días atrás anunció que se habían terminado las rotaciones.
Será injusto o no pero la credibilidad del de Newells queda dañada y aunque hubiera hecho méritos para ganársela hasta el momento, ahora vuelve a partir de cero, si no de más abajo. En el fútbol es muy fácil pasar de héroe a villano en cuestión de horas. Y no sólo sale perjudicado en cuanto a la idea que se forme el aficionado de él, el vestuario es el que puede tener más dudas de si sabrá resolver las papeletas que le quedan en adelante. En la charla de esta tarde no habrá reproches. El argentino ha entonado el mea culpa con lo cual poco puede echar en cara a sus pupilos que saben que estuvieron muy por debajo de sus posibilidades y quieren pasar página, pensar ya en el Almería que visita este domingo el Camp Nou. Pese a que el liderato ya es del Real Madrid en solitario la plantilla cree que sigue habiendo pelea por el título ya que hay que visitar el Bernabeu en tres semanas. La liga no se ha perdido en San Sebastián pero quizás se ha perdido algo más comprometido para el futuro: la confianza en la labor de un entrenador que deberá remar mucho para volver a tener el viento a favor. El Tata se ha ganado el respeto de los campeones de todo en estos meses y por eso el vestuario entiende que un error lo puede tener cualquiera y lo correcto es ser humilde, como lo ha sido el de Rosario al admitirlo, y seguir.
