En el Atlético interpretan que el Madrid tenía un plan premeditado para desquiciar a su ariete
La expedición del Atlético de Madrid abandonó el miércoles el Santiago Bernabéu con más celeridad de la habitual. “No está el horno para bollos”, se escuchó cuando Juanfran fue reclamado para subir al autobús sin haber concluido su ronda con los reporteros radiofónicos en la zona mixta.
Dolidos por la derrota, Simeone y sus futbolistas se fueron con la sensación de que más que por fútbol, que también, el Madrid les había superado en intensidad y en el juego artero. Los jugadores de Ancelotti focalizaron su juego subterráneo en Diego Costa, el futbolista más determinante en ataque del Atlético, al que sacaron del partido, como él mismo ha hecho con muchos rivales. El hispano-brasileño se marchó del encuentro sin un solo remate a puerta que contabilizar. Tampoco se le recuerda una sola contra en la que pudiera exhibir su zancada.
Las siete faltas que recibió Costa de las 16 que cometió el Real Madrid, un pisotón de Arbeloa en el talón en medio de un barullo de piernas que impedían la visibilidad del colegiado y sus asistentes y sin la pelota por el medio, o las provocaciones de Pepe, que llegó a sonarse los mocos en su mejilla, se interpretan en el Atlético como un plan premeditado para desactivarle. Carlo Ancelotti negó en la rueda de prensa cualquier instrucción para desorientar con artimañas al jugador rojiblanco que más temía: “Dije que había que tener mucho cuidado porque es un jugador muy peligroso con sus desmarques en profundidad”, aseguró.
Si no había órdenes expresas del entrenador italiano, las imágenes de televisión mostraron que algunos de sus futbolistas se dedicaron a buscarle las vueltas a un jugador fácilmente inflamable y al que, además, una tarjeta amarilla dejaba fuera del partido de vuelta como así sucedió. “A la segunda metemos la pierna fuerte”, le grabaron las cámaras a Ramos durante el calentamiento.
Nada más comenzar el encuentro, Pepe se fue hacia el goleador del Atlético y ahí ya tuvieron su primer enfrentamiento dialéctico. A partir de ese momento, entre el central portugués y Arbeloa se ocuparon de intentar desestabilizarle. Costa respondió a las batallas dialécticas y también repartió empujones a Pepe, Arbeloa y Xabi Alonso, pero esta vez fue él la víctima de ese juego subterráneo que tanto encanalló el partido.
En el vestuario rojiblanco tampoco entienden la amarilla que vio el goleador rojiblanco tras ser derribado por Di María e impactar la rodilla del argentino en sus partes más íntimas. También se preguntan en el Atlético: “¿Qué hubiera pasado si lo que le hicieron a Costa lo hubiera sufrido Cristiano Ronaldo?”. Por su parte, en el Madrid se quejan de varias entradas duras, principalmente de Insúa, que entró con los pies por delante a Modric y dejó un pisotón muy feo a Jesé. Como también hizo Diego con Cristiano.
Las imágenes que ha dejado el partido no han sido del agrado de Vicente Del Bosque, que presenció el duelo desde el palco. Ayer, durante un acto en el que también coincidieron Villa y Ramos, criticó lo sucedido: “Hay episodios y cosas que no me gustan y no me gustan. Sé que es fútbol, que puede ocurrir, soy comprensivo, pero no me gustan”. De alguna manera, el seleccionador vivió un episodio parecido a los que protagonizaron los jugadores del Madrid y del Barça en aquel maratón de clásicos de 2011. “Cada uno se tiene que preocupar de jugar, rendir al máximo, defender a su equipo, pero hay enfrentamientos y conductas que no son adecuadas”, señaló.
Del Bosque también dijo “no” estar “preocupado” por la posible incidencia que este partido pueda tener en las relaciones entre los internacionales de uno y otro equipo ante el próximo amistoso con Italia, el 5 de marzo, al que irá Costa.
