El Cholo se negó a contestar a las preguntas referidas al arbitraje en el derbi, añadiendo un “lo siento” y un “no va a cambiar nada”, pero se le entendía todo bajo esa mirada triste, con la decepción pintada en su rostro.
Yo no quise ver el partido. Tras ver el gol de Benzemá en el que no dudó, y el penalti espectacular, clamoroso, exagerado de Ramos a Diego Costa y la consiguiente tarjeta a Arda Turan (¿en serio pensaba este hombre que un árbitro iba a señalarle un penalti en contra al Real Madrid en un partido igualado?) decidí que estaba todo el pescado vendido, y me fui a tomar un café con los amigos.
Luego he visto las repeticiones y me sigue costando trabajo entender cómo alguien puede ser árbitro y tener tan poquita vergüenza de no señalar ese penalti.
Ni siquiera cabe la posibilidad de que diga que no lo ha visto puesto que estaba a menos de un metro. Seguro que se arrepiente de no haber estado en la otra esquina para tener coartada.
Y el Cholo Simeone posiblemente piense algo parecido, pero a él le pueden pasar factura si dice lo que piensa.
Ayer el Atleti hizo una faena de aliño, un trabajo impresionante. Conseguir remontarle al Real Madrid de Florentino arbitrando el tipo de ayer (nunca, en toda su historia ha perdido el Real Madrid un partido cuando le ha arbitrado Ferreiro) y sacarle un empate a pesar de los tres penaltis no señalados (como para que algunos se acuerden de Ovrebo), el primero escandaloso, el de Pepe de risa pero clarísimo y el de Coentrao un poco menos claro pero con un agarrón mucho mayor que algunos de los que le señalan a favor a los blancos, tiene un gran mérito.
Ver a Arbeloa (sí, ese que pisa a sus compañeros de selección en los talones, donde más daño hace y que parece alejarse de la Roja por ello) tirarse al suelo quejándose de la cara cuando Filipe le da un empujoncito en el pecho, ver a Pepe revolcarse, mueve a la risa si no fuera por que a un equipo que luchaba y que soñaba con seguir peleando hasta el final, le han arrebatado, los de siempre, la mitad de sus opciones.
Y menos mal que el tal Ferreiro (este nunca irá a la nevera, y puede que le aguarde algún trabajito cuando se jubile) no encontró un buen motivo para señalarle uno a favor en el descuento.
Al final, el empate permite al Barça, sin jugar a nada pero goleando al Almería, acercarse a un solo punto y mantener la aparente emoción en el torneo.
Pero sabiendo que este Atleti molesta a los de siempre, y que una vez consumada su capacidad de competir no le van a perdonar una, que el Barça no está en su mejor momento, y que el Real Madrid ha mejorado hasta retrotraernos a otras épocas con el colectivo arbitral (un día a uno se le va a escapar y se abrazará a los blancos en un gol) parece difícil que se les escape la liga.
Xabi Alonso y Pepe siguen encabezando el ranking de menos tarjeteros.
Y dice Ancelotti que los del Atleti son violentos.
