‘Der chef’ del Bayern comparó la Liga de Alemania como comer pizza a diario: “La Bundesliga es como comer pizza día tras día”. El catalán sorprendió con otra de sus frases míticas al nivel de las ya famosas como: “Mear colonia; Cuestión de Feeling o Él [en referencia a José Mourinho] es el puto jefe, el puto amo de esta sala”. Frases que se encuentran, aún, muy recientes en el panorama futbolístico. El símil de Pep tiene su lógica: el ex entrenador azulgrana siempre le ha dado más importancia al campeonato doméstico que a la Liga de Campeones. Ya lo hizo en Can Barça y lo está demostrando en su primer año en Alemania. La diferencia que su equipo, Bayern de Munich, lleva sobre el segundo, Bayern Leverkusen, es la friolera cifra de 16 puntos.
¿Es meritorio y suficiente ganar la Bundesliga? Es la pregunta que cualquiera se podría formular, incluso el propio Guardiola y los mismos aficionados del equipo de Baviera. Ganar la Liga de Alemania no es suficiente pero no por ello es un fracaso, siempre y cómo se haya eliminado el equipo de la Liga de Campeones. Hay que recordar que el Bayern ha jugado 3 de las últimas 4 finales de la Copa de Europa – una con Van Gaal y dos con Jupp Heynckes. El único año – de los mencionados – que no estuvo en la gran final fue en 2011, precisamente el año que Pep Guardiola consiguió su segundo entorchado continental para el Barcelona.
La frase de Pep tiene sentido y a su vez es contradictoria: es obvio que el torneo regular es esa “pizza”, tal y como él define, pero todos quieren conseguir el caviar del fútbol. Un equipo como el Bayern, tan superior al resto de equipos de Alemania, que va camino de los 30 partidos invictos en el país germano, que lleva solo nueve goles en contra en el torneo doméstico, no se puede permitir el lujo de solo centrarse en la “pizza” sino que tiene que darlo todo para lograr el “restaurante caro”. Este Bayern, que junto a Barcelona, Madrid y Chelsea, sin olvidar, por qué no, al Atlético de Simeone, es el gran favorito para conseguir la ansiada ‘Orejona’. Además, el equipo muniqués es un equipo hecho y compacto; que lo reúne todo: contundencia defensiva, toque, posesión, contragolpe y gol.
Pep ha dado con la fórmula idónea – le costó bastante al principio – y su Bayern puede jugar con un único pivote, que antes era lateral – Phillipp Lahm – o con tres mediocentros, como ya hizo en Londres con Javi Martínez, Thiago y un inspiradísimo, Toni Kroos. El esquema 4-3-3 cerrado en su etapa en Barcelona – también introdujo la variante 3-4-3 con la llegada de Cesc – no es el único que utiliza en Alemania. El 4-1-4-1 es, posiblemente, el esquema más utilizado desde que llegó a Munich. Ha probado a Lahm de pivote, con mucho éxito. A Müller y a Robben de falso nueve y le ha dado la batuta total y la libertad necesaria, al que él considera el jugador con más carácter al que ha entrenado, Franck Ribéry.
Todas estas variantes son con las que cuenta Pep Guardiola para volver a alzar un título. Lleva dos entorchados de tres posibles desde que llegó al equipo alemán. Con la Liga Alemana encarrilada, el pase a Cuartos de la Champions más que finiquitado y la semifinal de Copa en abril, el equipo de Pep tiene a su alcance la posibilidad de lograr otro ansiado triplete que su antecesor ya consiguió y que él mismo puso de moda en el fútbol moderno en 2009 con el Barcelona. El tiempo dirá si es posible o no, mientras tanto el catalán sigue regalando frases míticas que engordan, aún más si cabe, su biblia futbolística. Bienvenidos a la época dorada de Pep, bienvenidos al Guardiolismo.
