Quedan nueve jornadas para el final del campeonato y si el Comité de Competición no para aplicando duras sanciones al despropósito que suponen las declaraciones fuera de tono de jugadores y entrenadores vamos a tener problemas hasta el final de la temporada. Bien Ancelotti en sala de prensa reconociendo errores propios y aciertos del rival. Mal CR7 y su amigo Ramos en zona mixta. Las declaraciones de Cristiano, apoyadas y refrendadas por su protector Sergio Ramos, solo nos llevan a un punto sin retorno. Difamar y poner en duda la limpieza de la competición como sucedió en la época Mourinho es la excusa del perdedor y su única argucia para esconder los fallos propios. No hay persecución al Real Madrid, ni ganas de igualar la Liga para que siga teniendo interés.
La sensatez impide creer a los jugadores del Real Madrid en esta ocasión, a los del Barça hace unas fechas y al atlético Filipe Luis, no hace muchos días. Cuando pierdes asumes tus fallos, tu impotencia y tus errores, te callas y reflexionas. Como es posible que un árbitro persiga al Real Madrid cometiendo un primer error que le favorece (el penalti a Cristiano es fuera del área). Hay que ser mala persona y retorcido para pensar que Undiano Mallenco ha fabricado una trama para que los blancos no dejaran la liga sentenciada en el Clásico. Es posible que el problema este dentro, en la falta de autocrítica y en los altavoces mediáticos que utiliza el madridismo. Todo estaba preparado para el cambio de ciclo, la goleada y la humillación al Barça. El Madrid era el favorito, llegaba mejor al gran partido y todo estaba resuelto antes de empezar.
Matar a Messi antes de que haya muerto es provocarle, pensar que Iniesta no es el mejor jugador del mundo es de necios invidentes. Los “enanitos” del Barça son todavía un grupo de ganadores y en todo caso lo que hay que reprocharles es por qué no quieren o pueden jugar todos los partidos con la intensidad y clarividencia que mostraron en el Bernabéu. Llevamos varios años oyendo a los voceros del poder blanco anunciando el apocalipsis azulgrana y para su desgracia no llega. Es posible que el causante de esta hegemonía siga siendo el propio Real Madrid y la cicatería de sus entrenadores que prefieren darle el balón al rival.
El Real Madrid no ha ganado esta Liga a ninguno de sus rivales importantes. Dos derrotas frente al Barça y con el Atlético de Madrid un solo punto, el empate en el Calderón. Los blancos han ganado a los de siempre, justo a los que el Barça no consiguió doblegar, pero no fue capaz de imponerse a los otros dos grandes. Centrar el tiro en los arbitrajes es disparar con balas de fogueo que hacen el mismo ruido pero no sirven para nada. Undiano Mallenco se pudo equivocar, pero menos que los jugadores de uno y otro equipo. Es un buen árbitro, de los mejores y alguien se lo debería explicar a Cristiano que parece que no se entera de que su club lo cambió porque no quería al designado en primer lugar. Acertó y se equivocó por igual, beneficiando y perjudicando a los dos equipos. En las jugadas importantes y decisivas se equivocó por igual. Goles cantados y errores defensivos también cuentan, incluso más que los posibles fallos arbitrales.
Todavía nos queda por ver mucho, incluso alguna derrota de los tres aspirantes al título que seguirán justificando sus fallos en el colectivo arbitral. Sanción para los bocazas. ¡Qué daño ha hecho Mourinho al fútbol!
