La de Thiago es una baja importante para Guardiola. La de cualquier jugador lo es, pero en este caso supone una importante pérdida de potencial por dos razones: la primera es que Thiago posee el atrevimiento del regate. Es un jugador descarado en el uno contra uno. Toma el balón en cualquier zona y busca driblar al rival que tiene enfrente. Al conseguirlo, genera una superioridad manifiesta en dicha zona. Naturalmente, este atrevimiento tiene su contrapartida negativa: si no acierta en el regate y pierde el balón en una zona delicada puede poner en peligro a su equipo. Pero acierta más que se equivoca y este atrevimiento resulta fundamental cuando el Bayern busca desequilibrar un partido.
La segunda razón es menos visible: Thiago es uno de esos centrocampistas que hacen mejores a sus compañeros. La mayoría de sus contactos con el balón pueden no ser determinantes para superar a un contrario, pero son esenciales para agrupar a su equipo. Posee un alto conocimiento del juego de posición y eso le permite ofrecerse como hombre libre al compañero, que acostumbra a encontrar siempre una línea de pase liberada de contrarios. Su influencia en el juego colectivo es similar a la de un imán frente a los metales: atrae rivales y libera compañeros.
Estas dos capacidades no son sencillas de sustituir. Mario Götze también posee la virtud del atrevimiento y el regate, pero su zona de influencia en el campo siempre es más adelantada que la de Thiago. Götze es más delantero que centrocampista, con lo que no resulta sencillo que pudiera suplir esta baja de manera automática. La segunda virtud también la posee Lahm y la está adquiriendo Kroos, pero siempre es mejor tener a tres hombres con dicha capacidad de imantar que solo dos.
Guardiola tendrá que cambiar algunos planes que había previsto. Thiago era un jugador idóneo frente a un rival como el Manchester United por las características de juego del equipo de Moyes, pero ni estará ahora, ni para las semifinales de Champions en el caso de que el Bayern llegue a ellas. La única opción que le queda a Pep para contar con Thiago pasa por alcanzar las finales de Copa y Champions y que la recuperación del jugador sea más rápida de lo previsto. Ahora mismo, todo ello está demasiado lejos en el tiempo como para considerarlo como una opción plausible. Pero debemos recordar que algo similar sucedió el pasado año. Thiago fue intervenido quirúrgicamente en agosto y tres meses más tarde, sin haber jugado ni un solo minuto y con una condición física mínima, Pep le hizo disputar la última media hora del Borussia Dortmund-Bayern y su presencia resultó determinante en aquel partido.
