NO PERMITIÓ LA MARCHA DE CASEMIRO O MORATA
Algunos pidieron la cesión, otros la exigieron y alguno que otro rogó por una solución, pero Ancelotti lo tuvo claro desde el primer momento y cerró la puerta de salida. Incluso en el club, por momentos, no descartaron que se produjera alguna baja, tal y como sucedió con Casemiro esta misma semana, pero al final el deseo del técnico por encima de intereses de jugadores y de la propia entidad.
El primero que planteó su primera salida fue Di María. Su reunión con el Mónaco, acompañado de algún que otro tocamiento, le alejó del club, del presidente y de la afición, pero el italiano insistió una y otra vez en que el argentino se quedara y fuera titular. En el palco rechinaron dientes con aquello de hacerle jugar (forzó su salida) y más de centrocampista. En la grada aparecieron pitos, pero la confianza es ciega y el 'fideo' consiguió dar la vuelta a la situación.
El siguiente caso es el de Coentrao, el jugador que va de su casa a Valdebebas con el pasaporte en la mano por si acaso encuentra una escapatoria. Milan y Manchester United preguntaron por él, pero Ancelotti se mostró inflexible. Negativa rotunda. El motivo, el celo que tiene respecto a Marcelo y que le llena de dudas.
El brasileño, jugador de talento descomunal, no da ni se entrega todo lo que podría, en especial cuando Coentrao no está, por lo que el entrenador quiere tener al lateral bajo presión. Y sabe que en el momento en el que el portugués desaparece, baja su intensidad y el rendimiento de Marcelo cotiza a la baja. En agosto sí que dejó de ser jugador del Real Madrid durante una hora, pero la negligencia del Manchester United impidió su salida y la llegada de Marcos Siqueira.
Es curioso, Ancelotti también dudó de los laterales derechos y ahora está más que conforme con el rendimiento que están dando con la 'norma Casillas'. Es decir, Carvajal para la Liga y Arbeloa para la Copa y ya veremos qué pasa en la Champions. La inquietud del principio de temporada ha desaparecido, en especial gracias al rendimiento del ex del Leverkusen. Entre tanto apareció la posibilidad del Betis para Tomás Mejías. El cuarto portero blanco contó con el ok del entrenador, pero no hubo acuerdo cuando parecía que así iba a ser.
Morata ha firmado una de las situaciones más extrañas que se recuerda en los últimos años en el Real Madrid. Elevado por la afición y por su juego en cada oportunidad que tenía o en los partidos de la sub 21 (ahí sí que confían en él y responde con goles), Ancelotti ha decidido relegarle por detrás de Benzema, Jesé e incluso hasta de un perdido Isco, al que le hace jugador de delantero centro, aumentando, por momentos, su confusión. En este caso, el entrenador no hubiera visto mal del todo su salida, pero el club se negó. No hubo opción pese a que varios equipos italianos y el Arsenal se interesaron por su fichaje.
El último y más reciente en querer forzar su salida del club blanco fue Casemiro. El mediocentro que llegó hace un año, apenas aparece en las alineaciones ni en el banquillo de Ancelotti. El italiano no cuenta con él, pero no le ha dejado marcharse. La lesión de Khedira hace que el ex del Sao Paulo se convierta en imprescindible por si aparece algún que otro contratiempo más. El técnico ni le da minutos, ni deja que los tenga lejos del Real Madrid, al menos por ahora. Los entrenadores siempre buscan tener todas las opciones a su alcance por mucho que su obstinación pueda frenar en ocasiones la progresión de un jugador.
Las llegadas también han estado descartadas desde el principio. Por la zona noble del Bernabéu se ofrecieron todo tipo de jugadores, especialmente centrales por aquello de la lesión de Varane e incluso laterales, pero nada. Desde el primer minuto la decisión parecía clara pese a la mencionada lesión de Khedira. Se inició la temporada con 24, incluidos cuatro porteros, y así se terminará. El club sólo se ha movido para reforzar al Castilla con dos delanteros. William José llega del Santos, mientras que Pablo Felipe lo hace desde el Figueirense, pero ahora mismo está lesionado.
