Prácticamente uno de cada tres goles que recibe el Barça viene de un saque de esquina. Sea quien sea el rival, en este lance del juego tiene ventaja. Es un mal que no es nuevo en los azulgranas, pero que ya roza el paroxismo. Rijkaard tuvo a Márquez, Oleguer, Puyol y Edmilson (a veces también a Motta o Van Bommel), Guardiola a Piqué, Abidal y Puyol (en su primera temporada sumaba a Touré Yaya y Henry y en la segunda a Ibrahimovic y Keita). Martino sólo tiene a Gerard Piqué. El Barça actual ha renunciado a sumar poder aéreo en dos posiciones que lo normal es que lo tengan: el mediocentro y el central. La primera es para Busquets, un futbolista que aunque es alto, no va bien de cabeza. Seguramente sea una de sus únicas debilidades. La segunda, la de acompañante de Piqué, es para Mascherano, un central de 1,74 y sin un salto en vertical lo suficientemente poderoso como para compensarlo.
En cuanto al resto de posiciones ya lo sabemos, no hay nada. El Barça no suma centímetros en ninguna otra demarcación. En resumen: únicamente dos jugadores de campo superan el 1,80 y sólo uno de ellos va bien de cabeza. Parece evidente que en verano se tendrán que tomar medidas, pero estamos en febrero y hay que seguir compitiendo. Cada vez más cerca espera el City, que con Kompany, Touré, Dzeko, Negredo o Demichelis pasa por ser uno de los conjuntos del continente con mejor arsenal aéreo. ¿Pueden el Barça y Martino hacer algo? El domingo, en el Sanchez Pizjuan, el Sevilla será una prueba de fuego. Se trata del equipo más goleador de la Liga a balón parado. Cada entrenador tiene su marca de agua, su seña de identidad, y la de Unai Emery es su rica, creativa e interminable paleta a la hora de diseñar jugadas de estrategia. Cuenta con lanzadores certeros como Reyes o Rakitic, y con una batería de rematadores formada por Fazio, Carriço, Coke, M’Bia o Bacca. No en vano, su defensa es la más goleadora de Primera División
El Barça, más allá de resignarse (algo que teniendo en cuenta su momento futbolístico y emocional, seguramente ni pueda ni deba hacer) puede intentarlo con cuatro potenciales soluciones. La materia prima es la que es, y no da para milagros, pero son alternativas planteables visto que lo que hay ahora tampoco funciona.
1. Innovar: Es lo que planteó Pep Guardiola cuando ascendió al banquillo de la primera plantilla e instauró la defensa zonal en las acciones a balón parado. No funciona ni mejor ni peor que la individual (como siempre, depende de cómo se apliquen) pero era nueva. El rival enfrentaba una situación distinta, no sólo de la que se encontraba antes cuando jugaba contra el Barça, sino también de la que hallaba ante el resto de rivales. Cuando todo el mundo defendía la estrategia en individual, el Barça lo hizo en zona.
Era 1995 cuando Cruyff puso a Ferrer como marca de Ginola si el Paris Saint Germain servia de esquina. Uno ochenta y cinco medía el elegante francés, por el 1,70 raspado del Chapi. Sin un jugador a la altura para contrarrestarlo de verdad, se trataba de desubicar al delantero, de enfrentarlo a algo distinto con la esperanza que, en el tiempo que tardara en resolver la inesperada ecuación, se pasara el partido. No tendría sentido repetirlo en el largo plazo ya que el rival llegaría aprendido de casa, del mismo modo que, finalmente, los contrarios aprendieron cómo volver a sacar ventaja de su superioridad física en la defensa zonal de Pep. Son dos ejemplos de que en el corto plazo, en el momento del ahora, la sorpresa puede ser una aliada de Martino en una situación que tiene perdida de antemano.
2. Prevenir: Ya que hablamos de él, podemos seguir con Johan y imaginárnoslo diciendo que si tu problema es cómo defender los córners, la mejor solución será que el rival no saque ninguno. Como suele ocurrir con las sentencias del holandés, a primera vista nos sonaría absurda, pero enseguida intuiríamos que hay más. Es verdad, la major manera de no ser vulnerable en la estrategia es con balón. Si tu equipo manda, si juega muy lejos de su propio portero, si el rival no llega y cuando lo hace es en inferioridad, tendrás mucho ganado. Tanto el Barça de Rijkaard como el de Guardiola dieron verdaderos clinics en esto.
Sucede que está por ver si el Barça actual está en disposición de aspirar a tanto. Parece difícil. Es un conjunto que concede la salida fácil, en el cual la transición defensiva permite a los rivales alcanzar campo rival con asiduidad. El Barça de 2014, ni presiona bien arriba ni, de momento, tiene el control como para encerrar a su rival. En el ida y vuelta actual, se juega en las dos mitades.
3. Potenciar a Víctor Valdés: Es el único culé que tendrá ventaja por arriba ante cualquier atacante rival. La superioridad que le da poder usar las manos le permite llegar más alto que cualquier cabeza. Realmente no es su mejor virtud, no es Courtois, pero seguramente el Barça le deba pedir un paso al frente. En sentido figurado y literal. Arriesgar y salir a casi todas. Agrandar el perímetro de su zona de mando.
4. Sumar centímetros: Seguramente es la alternativa más evidente, la de perogrullo. La que presumiblemente deberá pesar en la planificación de este verano. Por eso en setiembre el escenario probablemente será distinto, pero hoy por hoy, en este punto, el Tata tampoco en esto lo tiene fácil. Primero porque centímetros también tiene pocos en el fondo de armario, y segundo porque en la realidad del equipo, éstos tienen poco espacio en el que entrar. Ante el Sevilla veremos a Bartra, que sustituirá al sancionado Mascherano. Aquí, por alto gana el Barça, pero para el míster el canterano todavía está lejos del capitán de la albiceleste. Martino pensará: ¿me soluciona Bartra los problemas por alto? -evidentemente no, el Barça seguirá teniendo un problema en este tipo de jugadas- Pues seguiré optando por mi primera opción.
El otro futbolista que podría sumar poder aéreo para defender el balón parado, Song, no tiene cómo entrar. A años luz de Busquets en el mediocentro y con un discreto concurso como interior, su presencia sumaría por alto pero restaría en lo demás. Está por ver que este Barça se lo pueda permitir. Cuántas opciones le abriría al técnico poder contar con una versión competitiva de Carles Puyol…
