El partido contra el PSG ha sacado a la luz algunas disfunciones del Barça que ya se podían observar en encuentros anteriores pese al buen inicio de la temporada. Soplaban vientos favorables en el Camp Nou. Las cuatro primeras victorias en el campeonato nacional sumada a la de la primera jornada en la otrora Copa de Europa hicieron que todo fluyera de manera idílica en estas primeras semanas de competición. Sin embargo el empate en Málaga supuso un bajón en el frenesí culé, no solo por no conseguir los 3 puntos, sino sobre todo por la imagen dada en el maltrecho tapete de La Rosaleda. No obstante, la holgada victoria ante el Granada volvió a elevar el optimismo de todos los barcelonistas.
Si a ello sumamos que los cancerberos culés aún no sabían lo que era recoger un balón de la ‘jaula’; que Messi parecía haber recuperado su mejor versión, o mejor dicho, haberse reinventado en favor del equipo; que volvían a surgir canteranos que aportaban al plantel su ilusión, y lo que es más importante, sus goles; que Neymar parecía haberse decidido a que la segunda temporada sea la de su consagración como culé; más Rakitic; Alba volvía a volar por la banda derecha;… Pero llegó el martes y toda esa ilusión se ha convertido de golpe y porrazo en cierto recelo. Todo el mundo futbolístico señalaba que para calibrar a este Barça hacía falta que se enfrentara a un rival de enjundia. Llegó ese día y primera decepción de la temporada.
En favor de los hombres de Luis Enrique hay que decir que aún estamos a principios de temporada, que son muchas caras nuevas y que hay que darle aún tiempo para ver el verdadero potencial de la plantilla. Falta aún el principal fichaje por entrar a escena y que las derrotas mejor sufrirlas ahora cuando hay capacidad de reacción que no en marzo o abril.
No en vano, seguidamente señalaré algunas lagunas que he observado no solo en la derrota del PSG, sino también en otros partidos donde se ha ganado con holgura y que creo es conveniente arreglar para llegar con garantías con opciones a los tres títulos de la temporada. He de confesar que era de los que temían un inicio titubeante de la etapa de Luis Enrique porque, no en vano, el asturiano no tuvo el mejor de los comienzos en sus otras dos experiencias como DT. Tanto en Roma como en Vigo, a ‘Lucho’ le costó arrancar. Por ello, y sin querer ser el aguafiestas de turno de la afición culé, ahí van mis reflexiones:
1) Cuesta abrir la lata. Esta es la principal laguna que observo en el inicio liguero. Parece contraproducente esgrimir algo así cuando los azulgranas vienen de endosarle 6 goles al Granada. Pero sí, sigo observando que ante el repliegue descarado de los equipos cuando se enfrentan al Barça, la maquinaria culé aún adolece de mecanismos demasiado previstos que los rivales conocen.
Ante el Elche no fue hasta la recta final de la primera parte; ante el Villarreal, a diez minutos del final; contra el Athletic, a falta de un cuarto de hora; y contra el Levante, si bien el primer gol llegó antes que los anteriores, no es menos cierto que el Barcelona no cerró el partido hasta que los granotas se quedaron con diez. Contra el Málaga se tocó fondo al no tirar si quiera a puerta.
El sábado pasado se desquitaron con media docena de goles pero hay que recordar cómo vino el primer gol: tras un error de cadete del jugador Héctor Yuste dando un pase horizontal sin mirar desde el lateral al centro de la defensa, un suicidio. Claro está que queda la inclusión de Luis Suárez al equipo, pero la delantera culé tiene pólvora de sobra para abrir los partidos mucho antes de lo que lo está haciendo.
2) Piqué y la defensa. El ‘caso Piqué’ puede ser el primer problema con el que tenga que lidiar Luis Enrique. La actitud en el banquillo del defensa barcelonés ante el Levante dista mucho de lo que se le presupone a un profesional. Su apatía, su displicencia, su aparente falta de atención al partido, recuerdan a una actitud parecida en el Mundial de Brasil con la Roja.
No cabe duda que Piqué es un puntal en el vestuario culé, pero no es menos cierto que está muy lejos de su mejor forma. Luis Enrique no se casa con nadie y no le temblará la mano a la hora de mandar al banco al defensa. De momento, Gerard alterna partidos como titular, en el banquillo o incluso en la grada. Muchos apuntan que la ausencia de sus grandes amigos Cesc y Puyol en la plantilla y su no nominación como uno de los capitanes a principio de temporada han minado la moral del central.
Y qué decir de los eternos problemas a balón parado. Hasta el momento parecían parcialmente solucionados, pero llegó el PSG y tiró al traste las impresiones optimistas al respecto. Que un jugador de 1,65m te remate a gol un corner en el segundo palo suena a cachondeo, pero así sucedió con el tanto de Verratti.
En cuanto a las rotaciones en la línea defensiva, no tengo del todo claro que sea la mejor solución. La zaga culé no es una posición fácil. El hecho de jugar siempre al límite del fuera de juego, con la línea prácticamente en el centro del campo, hace que la concentración de los centrales siempre tenga que estar al 120 por ciento. Para ello, la comunicación y el entendimiento con tu compañero son imprescindibles y vitales para el equipo. Y ello se consigue jugando muchos minutos juntos.
3) Hay que recuperar al mejor Pedro. El inicio de temporada no está siendo el mejor para él. Su entrega está fuera de toda duda, pero Pedro es delantero y como tal ha de vivir del gol. Todo hace presuponer que será el damnificado cuando concluya la sanción de Luis Suárez, por lo que el canario debería aprovechar este mes que le falta para ponerle las cosas difíciles a Luis Enrique y para ello debe mejorar tanto su puntería como su desborde por banda. Tengo la impresión de que se le están agotando las oportunidades. Además, las prestaciones de Munir son mejores que las de él.
4) Xavi. Este, más que un problema es un temor. Hasta el momento, el de Tarrasa no ha dado ningún problema en forma de declaraciones o gestos a su continuada presencia en el banquillo. Para el Barcelona es un lujo tener al mejor jugador de la historia de España (sí, lo digo como lo pienso) en el banco. No quiero decir con esto que deba ser titular. Las prestaciones de Rakitic hasta el momento son fenomenales, pero espero que Luis Enrique sepa hacerle sentir a Xavi que aún es importante en el equipo y no sólo juegue los llamados minutos de la basura.
Hasta el partido contra el Granada, solo dos jugadores de la primera plantilla sumaban menos minutos que él. Ante el conjunto nazarí, Xavi volvió a dar muestras de que aún puede aportar mucho al equipo (ese pase en diagonal a Alves en el gol de cabeza de Messi…). Ante el PSG, las mejores ocasiones del conjunto con él llegaron con su presencia en el campo. ¿Casualidad? Me dolería sobremanera que el jugador con más partidos de la historia del Barça se fuera por la puerta de atrás.